
Ese 50% de la población no se distribuye de manera homogénea: una parte habita en zonas rurales, con bajo promedio de población.
No están ocupados las tierras emergidas con climas para nosotros extremos, como las regiones árticas, y las zonas muy cálidas y húmedas, como las selvas.
En general, para establecerse el humano prefiere zonas de clima templado, pues ellas favorecen además la explotación de recursos naturales.
La población de las ciudades ubicadas cerca del mar o de un río se ve favorecida por la explotación de los recursos (pesca), por la instalación de puertos para la comunicación con otras regiones.
El relieve llano favorece el asentamiento de poblaciones, ya que en las planicies es más fácil construir vías férreas y carreteras. Sin embargo, en algunas zonas montañosas abundan los minerales, y su explotación determina el poblamiento del lugar.
Muchas zonas emergidas no están ocupadas. La profundidad del océano no está poblada por los humanos y ni siquiera es visitada por ellos.
No sabemos si hay espacios disponibles debajo de las placas continentales.
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